sábado, 6 de abril de 2013

Diseño Perfecto- Prólogo


Prólogo

Hace 17 años

-Señora respire y relájese. El doctor está por venir- dijo le enfermera.
- No puedo más. ¡Está por nacer! Ahhh-gritaba Elle.
-Sra. Bennet, haremos esto, inhale y exhale profundamente. Entonces en la próxima contracción puje. ¿Entendido?-pero solo estaba ella en esa habitación de hospital.
-Está bien-dijo Elle entre gritos.

Ese día nació una niña de ojos verdes, piel blanca y cabello marrón- Sra. Bennet está es su hija –la enfermera le entregó a su hija- Es muy hermosa.
-Gracias- Elle empezó a llorar- es bellísima.
-¿Cómo se llamará su hija?- dijo la enfermera.
-Se va a llamar Clara- Elle acurrucó a su hija entre sus brazos- ¿se la tienen que llevar, no?- la enfermera asintió- nos vemos más tarde bebé-le dio un besito a su hija.
-Hasta luego mami-dijo la enfermera con voz de bebé mientras se llevaban a la bebe a la sala de recién nacidos.
Afuera de la sala de recién nacidos un señor estaba sentado en una silla mirando a la gente pasar y pasar.
-Señor, ¿necesita ayuda?- dijo la misma enfermera.
-Sí, quiero ver a mi hijo ¿Puedo entrar?
-Por supuesto, acompáñeme- la enfermera se dirigía a la puerta.
-Si no es molestia quisiera entrar solo- la enfermera asintió y el señor entró. Todos los bebes estaban dormidos, cada uno en su cuna con sus nombres a sus pies.

Él simplemente pasaba y miraba a cada uno como si esperara que hicieran algo pero ellos solo descansaban.
Pero se detuvo, retrocedió un poco y se quedó mirando a una cuna donde estaba una bebe con los ojos abiertos y moviendo sus manitos.-Hola, pequeña-dijo el señor con una voz tierna- ¿Eres especial, no?- la mirada de la recién nacida cayó sobre él- Sabes, tú vas una niña muy inteligente y bonita. ¿Sabes por qué? Claro que no sabes. Pero tú eres la única que me miró mientras pasé, la única que está despierta cuando debes estar dormida. Y sabes, ya no eres más Clara Bennet ahora eres Clara White, mi hija.- Agarró a la niña y se fue. Nadie lo vio irse, nadie notó la cuna vacía, nadie notó el corazón roto de esa madre, de Elle.

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